La confianza y las relaciones sanas son pilares del trabajo en equipos de alto rendimiento. Si hay confianza, los equipos funcionan con eficacia. Si en cambio la confianza falta, los equipos operan por debajo de sus capacidades e incluso pueden llegar a descarrilar. Una de las responsabilidades fundamentales de líderes es fomentar relaciones sanas de confianza para trabajar en equipo. Conocer las 4 toxinas de las relaciones humanas y su impacto en las dinámicas de equipos de trabajo puede ayudar a líderes a nutrir un ambiente positivo que fomenta un alto rendimiento. Educar al equipo sobre estas toxinas y su impacto suele contribuir a mejores relaciones y entornos para poder trabajar en equipo.
¿Qué son las 4 toxinas que dificultan trabajar en equipo?
El concepto de las cuatro toxinas -también llamadas los 4 jinetes del apocalipsis– ha sido desarrollado por el profesor emérito de Psicología de la Universidad de Washington, John Gottman. Son los malos comportamientos más comunes en equipos y relaciones, con un alto impacto negativo sobre las dinámicas del equipo. Si se usan con frecuencia, cualquiera de estos comportamientos es altamente destructivo. Las toxinas son: el culpabilizar, el estar a la defensiva, el menosprecio y el amurrallamiento.
Conocer estas cuatro toxinas es importante ya que –a cierto nivel– cada ser humano utiliza una o varias de ellas de vez en cuando. De hecho, en todos los coaching de equipo que hacemos en Shine hay algún nivel de presencia de estas toxinas. Forman parte de nuestro ADN humano. Pero hay buenas noticias: en el fondo de cada uno de estos comportamientos poco afortunados, hay una buena intención. Y hay otra buena noticia: existen antídotos contra cada una de estas toxinas. Bien usados, ayudan a revelar estas buenas intenciones, facilitan la resolución de conflictos y permiten trabajar en equipo de manera sostenible.
Culpabilizar: La culpa es tuya
Culpabilizar es cuando alguien señala verbalmente con el dedo a otra persona. Se expresa con frecuencia en forma de acusaciones dirigidas directamente a una persona, en lugar de criticar su comportamiento. Frases típicas de culpabilizar comienzan con «¡Eres…!» en lugar de «Tu acción ha…», y suelen ir acompañados de un tono duro, dominante, e incluso agresivo.
Antídotos contra el culpabilizar
El culpabilizar normalmente apunta a un problema concreto en el trabajo del equipo que necesita ser tratado. En general, es articulado desde un lugar de impotencia, y lo hace con el objetivo de mejorar el rendimiento del equipo.
Si eres la persona que culpa a alguien, presta atención a criticar el comportamiento en lugar de criticar a la persona. No te limites a echar la culpa, ve un paso más allá y propón una acción concreta que ayude a resolver el problema.
Si se te critica, intenta escuchar la necesidad o petición subyacente del otro. Haz una propuesta que ayude a la resolución de conflictos. Si has cometido un error, decir «lo siento» es un buen punto de partida para encontrar una solución válida para todas las partes implicadas. Y recuerda no tomarte la crítica personal.
Estar a la defensiva: No es mi culpa
La actitud defensiva no es otra cosa que culpabilizar a la otra parte. Habitualmente se presenta en forma de palabras y un lenguaje corporal defensivos. Una persona que está a la defensiva no suele reconocer sus errores o comportamientos inadecuados propios.
Antídotos contra el estar a la defensiva
El mejor antídoto contra la actitud defensiva es la regla del 2 por ciento. Pregúntate: ¿qué pasa si sólo el 2% de lo que se está diciendo fuese cierto? Este enfoque ayuda a comprender la otra parte, a identificar el origen del conflicto y a encontrar una solución. Si la culpa se convierte en personal, expresa las críticas que percibes y pide una aclaración.
Si observas que un compañero está a la defensiva, expresa respeto y aprecio. Esto reducirá la actitud defensiva de la persona. Pregunta lo que él/ella escuchó, y acláralo. Frecuentemente vas a detectar ciertos malentendidos. Por último, asegúrate de escuchar activamente y demostrar que estás entendiendo lo que la persona defensiva está diciendo. Personas a la defensiva tienden a sentirse no escuchadas.
Menosprecio: Estaba cantado que no ibas a estar a la altura
El menosprecio o desdén es la toxina más tóxica para las relaciones humanas e impide trabajar en equipo a gusto. Su tono sarcástico, cínico e irrespetuoso socava la autoridad de la persona agredida. Un gesto típico del menosprecio es poner los ojos en blanco. A menudo el desdén es el resultado de un proceso que ha estado cociendo a fuego lento durante bastante tiempo.
Antídotos contra el menosprecio
COIP –contexto, observación, impacto y próximos pasos- es el antídoto contra el menosprecio. Cuando sufres u observas menosprecio, revélalo siguiendo el orden del COIP:
- Contextualiza: Di cuándo y dónde has observado menosprecio
- Expresa lo que has observado: Di lo que has visto, sin juicio
- Describe el impacto: Explica el impacto que el desprecio ha tenido en ti, en otras personas, en el trabajo o en el equipo de una manera neutra
- Propón próximos pasos: Sugiere cómo te gustaría que las cosas cambien de cara a futuras situaciones parecidas, y acuérdalo con la persona involucrada
Aquí va un ejemplo de cómo esto podría sonar: «Te oí decir ‘estaba cantado que no ibas a estar a la altura’ cuando hablaste del proyecto de XYZ. Me resultó muy duro, no me sentí respetado/a. ¿Podemos ponernos de acuerdo en resolver el conflicto de otra manera?» Esta guía para conversaciones COIP preparado por el Centre for Right Relationships (en inglés) detalla cómo tratar conversaciones COIP y reducir el menosprecio.
Personas que muestran desprecio deben considerar recurrir a un mediador -el/la responsable del equipo o un tercero (por ejemplo, un coach). Con frecuencia no son conscientes de su comportamiento tóxico e ignoran que el desprecio está dañando al receptor, a otros testigos, el trabajo en equipo y a sí mismo.
Amurrallamiento: esto no va conmigo
El amurrallamiento es como si se cortara la relación. En consecuencia, no hay ni participación ni comunicación ni contribución ni tampoco oportunidades para la resolución de conflictos o compromisos.
Antídotos contra el amurrallamiento
El amurrallamiento por lo general es una reacción al miedo y al peligro. Si te notas amurrallado, explora lo que te da miedo. Exprésalo de manera abierta y diseña un acuerdo con la otra persona para mantener la relación segura y así poder hablar abiertamente.
Trabajar en equipo no es responsabilidad del líder sólo
Educar al equipo y mantener el equipo o las organizaciones sin toxinas no es la responsabilidad del/de la líder sólo. Todo el equipo tiene que ser corresponsable para revelar la presencia de toxinas. No es una cosa ajena, sino que impacta en todo el equipo y el trabajo en equipo.
Una manera eficaz para evitar que las cuatro toxinas aparezcan es crear una alianza de equipo e incluir la responsabilidad compartida de todo el equipo a señalar su presencia y usar los antídotos cuando aparecen. Un pequeño cartel que pone zona libre de toxinas en la entrada de la sala de reuniones es un recordatorio práctico para mantener al equipo en un ambiente libre de toxinas. También puedes llevar un cartel con las 4 toxinas y sus antídotos (o una alianza de equipo completa) a las reuniones y fijarla visiblemente para todos en la pizarra. Puedes descargar una versión preparada por Shine Coaching aquí.
Lecturas recomendadas sobre el desarrollo de equipos
Si deseas leer más sobre dinámicas de equipos, te recomendamos nuestros 5 libros sobre liderazgo preferidos, especialmente «Las cinco disfunciones de equipos» de Patrick Lencioni.